Muchos asociamos la retención de líquidos a la menstruación o al embarazo, por ejemplo. Esta condición puede ser consecuencia de otros cambios en nuestro cuerpo. Hablemos de las causas, los síntomas y los hábitos y productos que podemos incorporar a nuestro día a día para prevenir la retención de líquidos. 

 

Causas de la retención de líquidos

La retención de líquidos, técnicamente conocida como edema, ocurre cuando el cuerpo acumula exceso de líquidos en los tejidos. Las causas pueden variar, pero las más comunes incluyen:

  • Mala alimentación: consumir alimentos ricos en sodio puede llevar a la retención de líquidos, ya que el exceso de sal puede alterar el equilibrio de fluidos en el cuerpo.
  • Sedentarismo: la falta de actividad física puede dificultar la circulación sanguínea, contribuyendo a la retención de líquidos.
  • Cambios hormonales: las mujeres pueden experimentar retención de líquidos durante su ciclo menstrual o el embarazo debido a fluctuaciones hormonales.

 

Síntomas de la retención de líquidos

Reconocer los síntomas de la retención de líquidos es crucial para abordar el problema a tiempo. Algunos signos comunes incluyen:

  • Hinchazón: uno de los síntomas más evidentes es la hinchazón en piernas, tobillos, manos o abdomen.
  • Aumento de peso repentino: la retención de líquidos puede causar un aumento de peso temporal debido al exceso de fluidos en el cuerpo.
  • Dificultad para moverse: la hinchazón excesiva puede hacer que te sientas incómodo y dificultar la movilidad.

 

Hábitos y productos para prevenir la retención de líquidos

Existen hábitos diarios que puedes adoptar para prevenir la retención de líquidos:

  • Hidratación adecuada: beber suficiente agua ayuda a mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo y reduce la retención.
  • Reducir el sodio: limita la ingesta de alimentos procesados y ricos en sal para evitar la retención de líquidos.
  • Eleva las piernas: si pasas mucho tiempo sentado, elevar las piernas durante unos minutos al día puede mejorar la circulación.
  • Diuréticos naturales: hierbas como el diente de león o el té de ortiga tienen propiedades diuréticas suaves que pueden ayudar a eliminar el exceso de líquidos.
  • Suplementos de magnesio: el magnesio puede ayudar a regular los niveles de sodio en el cuerpo, reduciendo así la retención de líquidos.